Lejos de M&A, lejos del ridículo

Ayer despidieron a Pablo de M&A y nos hemos quedado más pobres. Mi debilitante y dolorosa gripe (que espero que sea gripe y no dengue) me ha impedido en medio del quilombo decirle al gordo que en realidad estoy muy aliviada y feliz de que dejara de juntarse con esa gente.
Para que tengan una idea, les voy a contar de la fiesta (¿fiesta?) de fin de año de la empresa, a la que fuimos rigurosamente trajeados los dos.
La reunión se hizo en un club (o algo así) que hay cerca de El Bracho. Había gente de distintas sucursales que la empresa tiene regadas por el país. Eran, sin exagerar, unas 400 personas.
Hubo TRES discursos de los dueños: uno de Cacho Avellaneda; otro de su mujer y socia Mónica y otro del hijo mayor de ambos, que habló durante 20 minutos en los que se notaba espantosamente que ese chico quiere hacer cualquier cosa antes que ocuparse del negocio familiar.
Después de eso empezaron los premios: le regalaban acondicionadores de aire a los mejores vendedores del año de cada sucursal. Hasta ahí la cosa suena más o menos normal.
Lo espantoso del asunto es que Cacho explicó al público que había "inventado" (sic) un "grito de la empresa" que los empleados debían decir después de cada reunión. Esta especie de Haka patronal versa: "éxito, metodología, por siempre eme y a". Esta pobre gente repitió el gritito unas diez veces en toda la noche. Traduzcamos. Éxito: en esta empresa cada vendedor tiene una cuota mínima de 50 mil pesos por mes, el que vende menos se va. Metodología: hay que ir negocio por negocio con los folletos en la mano ofreciéndole a los comerciantes mostradores y heladeras financiados con interés descomunal hasta que te duela el orto, sin tener en cuenta si es sábado, domingo o si viste a tu familia en las últimas tres semanas. Por siempre eme y a: nosotros prevaleceremos, haciendo negocios, pase lo que pase.
En fin, que el gordo no está más ahí y como se trata de una empresa muuuuuuuuy pobre le pagarán los 5 mil pesos de indemnización en 3 cuotas.